River aplastó a Atlanta por 7 a 1 y es el nuevo puntero
Lo fulminó en el Gasómetro. River no le tuvo piedad a un inexpresivo Atlanta. Porque comenzó a carcomerle su arco de manera paulatina y eficaz. Y terminó imponiendo su juego agresivo de manera soberbia.
Lo fulminó en el  Gasómetro. River no le tuvo piedad a un inexpresivo Atlanta. Porque  comenzó a carcomerle su arco de manera paulatina y eficaz. Y terminó  imponiendo su juego agresivo de manera soberbia. Es que lo vapuleó con  su ofensiva gracias a un implacable Fernando Cavenaghi, quien además de  convertir un hat-trick, fue la figura de la tarde. Al plantar la bandera  de la victoria en el Bajo Flores, el millonario pasó a liderar las  posiciones de manera solitaria. En tanto, el Bohemio deberá surgir de  sus cenizas en breve, ya que está obligado a levantarse porque el bajo  promedio lo puede extinguir de la categoría en un futuro.
River recuperó la sonrisa. Y lo hizo a lo grande y  basándose en la inspiración de su letal capitán Cavenaghi, quien condujo  al equipo a copar el campo adversario de entrada. El Torito facturó en  tres ocasiones (19', 56' y 58' ) y de yapa tuvo participación directa en  las conquistas de Martín Aguirre (13'), Lucas Ocampo (44'), Fabián  Bordagaray (72') y Andrés Ríos (84'). Imparable.
Además, el equipo conducido por Matías Almeyda  aprovechó los innumerables errores que cometió Atlanta en todas sus  endebles líneas para construir una espectacular e histórica goleada, que  sirve para recuperar la imagen y ganar confianza de cara a lo vendrá en  lo inmediato.
Ayer quedó demostrado también que el Bohemio fue  presa fácil del millonario, pese a que la realidad además marca que le  está costando adaptarse a la categoría. Tal es así que la imagen que  brindó en el poblado Nuevo Gasómetro (por los hinchas riverplatenses por  cierto) no hizo más que ratificar su declive deportivo.
River hizo todo simple. Lo pasó por arriba a su  rival. Y una vez que lo tuvo bajo su órbita, le quitó margen de  maniobra. Así construyó una victoria contundente, que hizo un partido  sin equivalencias desde el mismo arranque.
Con el correr de los minutos, River hacía cada vez  más evidente la diferencia de jerarquía. El equipo dirigido por Matías  Almeyda siguió mordiendo en todos los sectores y si no pudo marcar más  goles fue simplemente porque el destino ya parecía estar sellado.
Eso sí, una vez que todo terminó, River se desinfló  un poco y se distendió. Es que necesitaba una actuación como la de ayer  para recuperar la confianza, darle una satisfacción a sus hinchas, los  cuales volvieron a decir presente en la cancha de San Lorenzo de  Almagro, y recuperar la cima de la B Nacional.
En definitiva, tuvo una tarde por demás de redonda.
